La autora de Obedece a tu cuerpo, ámate nos ofrece esta excelente guía para encontrar las heridas que impiden nuestro desarrollo como individuos sanos y equilibrados. Dichas heridas se generan en la primera infancia y marcan de manera contundente nuestra vida. Cada herida crea una máscara que nos impide percibir el mundo e interactuar con él desde nuestro auténtico yo.
“Cuando un bebé nace, sabe en lo más profundo de su ser que la razón por la que se ha encarnado es la de ser él mismo al vivir diversas experiencias. Todos tenemos la misma misión al llegar a este planeta: «vivir las experiencias una y otra vez hasta que podamos aceptarlas y amarnos a través de ellas».
Al nacer nos concentramos principalmente en las necesidades de nuestra alma, la cual desea que nos aceptemos junto con nuestras experiencias, defectos, potenciales, debilidades, deseos, personalidad… Todos tenemos esas necesidades. Sin embargo, poco después de nacer, nos damos cuenta de que cuando nos atrevemos a ser nosotros mismos, alteramos el mundo de los adultos o el de los que están cerca de nosotros. Y de ello deducimos que no es bueno ni correcto ser naturales. Este doloroso descubrimiento provoca, sobre todo en el niño, crisis de ira, las cuales llegan a ser tan frecuentes que nos vemos obligados a creer que son normales. El niño que actúa naturalmente, que es equilibrado y que tiene el derecho a ser él mismo no pasa por este tipo de crisis. Por desgracia, este tipo de niño «natural» casi no existe. He observado más bien que la mayoría de los niños pasan por las siguientes cuatro etapas: después de conocer la alegría de ser él mismo en la primera etapa de su existencia, conoce el dolor de no tener el derecho de ser él mismo, que es la segunda etapa. Llega enseguida el período de crisis, de rebeldía, que es la tercera etapa. Con objeto de reducir el dolor, el niño se resigna y termina por crearse una nueva personalidad para transformarse en lo que los demás quieren que sea. Algunas personas permanecen estancadas en la tercera etapa durante toda su vida, es decir, reaccionan continuamente, están enojados o en permanente situación de crisis.
En la tercera y cuarta etapa es cuando creamos numerosas máscaras (nuevas personalidades) que sirven para protegernos del sufrimiento. Estas nuevas personalidades o «defensas» son cinco, y corresponden también a cinco grandes heridas fundamentales que vive el ser humano. En mis numerosos años de observación, he podido comprobar que todos los sufrimientos del ser humano pueden resumirse en cinco heridas.
En este libro las presento por orden cronológico: en el orden en que cada una de ellas aparece en el transcurso de la vida:
Rechazo
Abandono
Humillación
Traición
Injusticia.”
No necesariamente todos tenemos las cinco heridas, cada cual puede reconocer sus heridas. Reconocer nuestra limitación humana es el primer paso en el proceso de sanación y podremos ayudarnos mediante los ejercicios de sanación recomendados.
Si nos cuesta identificar nuestras heridas es porque nos ocultamos tras la máscara correspondiente a cada una de ellas:
- Rechazo: Retraimiento
- Abandono: Dependencia
- Humillación: Masoquismo emocional y/o mental
- Traición: Control
- Injusticia: Rigidez
Índice del libro Las cinco heridas que impiden ser uno mismo:
Capítulo 1: La creación de las heridas y las máscaras
Capítulo 2: Rechazo
Capítulo 3: Abandono
Capítulo 4: Humillación
Capítulo 5: Traición
Capítulo 6: Injusticia
Capítulo 7: La sanación de las heridas y la transformación de las máscaras
Lise Bourbeau (Quebec, 1941) es una autora y conferenciante de renombre internacional. Después de 16 años en el mundo de los negocios, en 1982 decidió dedicarse a motivar a las personas a conseguir sus objetivos en la vida, ayudando a la gente a conocerse a sí misma a través de la escucha de sus cuerpos. Es la fundadora de la mayor escuela de crecimiento personal de Quebec: Centre Écoute Ton Corps. Sus libros han sido publicados en doce idiomas.